domingo, julio 05, 2009
Cuando la comezón ahí queda.
Sentado al costado de un pilar, siento de nuevo esa molesta sensasión en mi glóbulo ocular izquierdo. Es una comezón que tengo desde hace un buen rato y no da señales de marcharse. Lo único que puedo hacer es mitigar el escozor tallándome afanosamente con mis manos hasta que me arda y desaparezca un poco este fastidio, pero no creo soportarlo más, me arde el párpado y ya tengo enrojecida la pupila de tanto frotar mi puño contra mi ojo. Una lágrima se asoma y solo aumentan las ganas de rascar... No sé si podré soportarlo.
En medio de la incomodidad y con una comezón tenue trato de repasar lo que pasó para yo tener este calvario. Bien pudo ser al levantarme y tallarme los ojos, la típica reacción de tallarse los ojos y bostezar cuando se levanta uno de la cama. No logro precisar si fue antes o después de ir a orinar. Simplemente no le tomé importancia, sencillamente terminé y volví a acostarme para continuar mi sesión de relajamiento. Muy importante.
Al terminar de retozar, un intenso bostezo no se hizo esperar y salió de mi boca como cuando se escapa un animal embravecido, pero se sintió tan bien... Me levanté de la cama, me limpié mis ojitos para aclarar mi vista, me volví a relajar y en ese momento no había nada extraño o fuera e lugar. Todo indicaba que iba a ser un día sin mayores problemas que el tráfico, el ruido o los problemas citadinos. Pero héme aquí, sentado y esperando a que se aplaque la comezón ¡Qué impotencia! Pero ¿Qué Habrá sido lo que provocó esta picazón terrible? ¿Qué jodida bacteria u hongo se habrán alojado en mi glóbulo ocular? Sé que esto ha pasado varias veces y sin mayores contratiempos, pero hoy es un día 'especial', de ésos en los que todo tiene que estar perfecto o al menos muy bien, como las calificaciones cuando papá sentencia algún castigo ejemplar. Pero no sé que pasará con esto. La coloración en mi retina es muy intensa y deja mucho de qué hablar, creo que todo está bien en este día menos este pequeño detalle que me hace esconderme de los demás aunque sea por un tiempo, para ver si así se alivia aunque sea una pequeña parte. No me gustaría estar tallándome como chinguiñozo frente a esa persona, no me gustaría verme cada vez con el ojo más colorado, como si fuera un espantoso hematoma. ¡¿A quién le gustaría?! Esto poco a poco me está acabando, lentamente y sin misericordia.
Aunque hay ratos que me calma la ardor, pero enseguida vuelve y acaba con mi paciencia, y termina la frágil tranquilidad, y todo por un ojo...
En ese momento hubiera preferido ser tuerto a tener que estar resistiendo la desesperación de rascarme más y más para aliviar la comezón que se acrecenta como espuma de cerveza. Un garfio de pirata era perfecto para rascarme, pensaba yo. En fin, ahora estaba sentado, esperando a que esto terminara y pudiera acudir a mi cita, con la idea de que todo iba a salir adelante con la explicación de que me había caído jabón o shampoo en el ojo y que por eso tenía ese rojo carmesí ahí... No creo que a alguien mas le interese saber la historia de mi ojo izquierdo ¿Verdad? Ya mañana será otro día y probablemente será otra causa la que me haga recordar este momento.
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